Por qué hacer una app puede ser una mala inversión

Impulsando la nueva ola de micronegocios digitales.

Por qué hacer una app puede ser una mala inversión

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Por qué hacer una app puede ser una mala inversión (…y 4 razones por las cuales tu marca necesita estar presente en un celular).

El futuro ya nos alcanzó. Los celulares se han convertido en una parte esencial de nuestra vida diaria. Son nuestra agenda, nuestro mapa, la cámara con la que guardamos nuestros recuerdos, la forma más accesible de entretenimiento y de comunicación. Sin miedo a confirmarlo, una de las partes más importantes de la vida cotidiana, por lo que no es de extrañar que las empresas busquen la manera de llegar al cliente desde su smartphone.

Una de las mejores maneras para lograr esta llegada, es por medio de las aplicaciones. Éstas son ahora, lo que las páginas web fueron en los noventas, y es que todas las empresas necesitaban estar presentes en una para poder llamar la atención de sus clientes.

Inicialmente, todas las grandes empresas tendrán aplicaciones, el problema es para los micronegocios, donde no se tienen los recursos ni prioridades para agregar una tarea tan importante, pero igualmente complicada, a la lista “por hacer”.

Lo más difícil de lograr, irónicamente, no es el desarrollo o diseño de tu, sino que sea popular, que sea atractiva al usuario y mantenerla actualizada.

Si estás interesado en obtener una mayor presencia, generar mayores ingresos y visibilidad, tu empresa realmente necesita una, sin embargo, hay que ser muy críticos en cómo obtenerla.

A favor:

  1. Tener una app te ayudará a estar cerca de tus clientes, ya que te tendrán todo el tiempo en su bolsillo y al alcance de un gesto con los dedos.
  2. Mejoras la experiencia de tus clientes al interactuar con tu marca y empresa.
  3. Podrás probar diferentes productos y formas de comunicarte, todo de manera directa y con información extendida.

En contra:

  1. Son generalmente complicadas de desarrollar. Afortunadamente esto está cambiando con las nuevas tendencias de programación visual, pero de igual forma conlleva una curva de aprendizaje que no cualquiera tiene la disponibilidad de cubrir. Además está el costo de mantenimiento, necesario para ir mejorando su desempeño y adaptabilidad, tanto a nuevas plataformas tecnológicas, como al contenido que refleje lo que es relevante en el momento.
  2. Requiere un diseño muy especializado para que las experiencias de los clientes sean positivas y fluidas. Esto parece “simple”, pero no es nada sencillo de lograr. Aquellas apps con las que no se tiene cierto “involucramiento” son fácilmente desechadas (o nunca instaladas).
  3. La diferenciación es muy difícil. Considera que se generan miles de apps todos los días y los usuarios tienen cada vez menos espacio en su celular para agregar otra app más, lo que hace que el espacio que ocupan sea muy valioso y se convierta en un factor clave para la selección de tecnología de desarrollo.

Aunque es innegable lo útiles y valiosas que pueden llegar a ser las apps, nos parece que no son una opción “natural” para todos. Como mencionamos al inicio, esto es especialmente importante para los micronegocios, donde el dueño es quien hace prácticamente todo y los márgenes pueden ser tan pequeños que desarrollar no sea una opción (y en algunos casos, tampoco afiliarse con alguna de las existentes).

¿Cómo puedo obtener las mismas ventajas sin la inversión y los costos de una app?

Desde nuestra perspectiva, existen tantas aplicaciones en el mercado que no es necesario inventar “una más” y, en su lugar, nos parece más prudente probar con alguna que se alinee a lo que estás buscando como negocio (aumentar ventas, generar conciencia de marca, probar un nuevo producto o concepto, etc.).

Sinceramente nos parece más eficiente, en el corto plazo, que los recursos de tu negocio se enfoquen en las prioridades que tengas, antes de agregar una arista más (como el desarrollo de producto tecnológico) del cual no se tiene toda la experiencia.

Para ayudarte con la decisión, generamos los siguientes consejos para poder evaluar las diferentes opciones que existen:

  1. Claridad: Lo primero que se debe hacer es responder la pregunta ¿Para qué quiero una app? y preguntarse la parte del “por qué” varias veces seguidas. Este ejercicio te ayuda a ser extremadamente enfocado en lo que quieres lograr y las características que la app podría tener para lograrlo.
  1. Visibilidad: sonará contradictorio pero, no es necesariamente cierto que entre más conocida es una app, mejor rendimiento tendrá. El punto fino a revisar aquí, es que, por lo general, entre más populares sean, mayor será el costo de estar en ellas, afectando directamente tus márgenes de ganancia y hacer que termines trabajando para alguien más. En el corto plazo, sugerimos buscar aquellas apps que son de nicho, donde cada peso que gastes te acerque más a las personas interesadas en tu producto, industria o comunidad. En este segmento, busca la que te ofrezca un costo que te represente “buen valor por tu dinero” (no sólo las más baratas) o la que tenga el mayor potencial de crecimiento futuro (no necesariamente las apps pequeñas de hoy lo seguirán siendo mañana).
  1. Control: ¿Qué tan involucrado te permiten estar en las decisiones de narrativa hacia tus clientes? ¿Qué tan fácil es actualizar tus productos y servicios? ¿Cómo se manejan las disputas? Temas de administración y comunicación son cruciales para el negocio y no se deberían delegar tan fácil a un tercero.
  1. Datos: ¿Cuánta información te entrega el app de tus clientes? ¿Puedes acceder fácilmente a los reportes? Recuerda que “acción sin medición… es alucinación” y si no puedes revisar la eficiencia de tus propios datos ¿Cómo defines si vas bien o necesitas mejorar?

Existen otros factores a considerar, como la flexibilidad que te genera tener este canal, su facilidad de uso, pero creemos que con el enfoque en los 4 puntos mencionados tendrás un buen filtro para encontrar esa “aguja en el pajar”.

Te invitamos a leer “¿Qué está pasando en el mercado digital? (pista: aumentan las ventas)”

¡Hasta la próxima!